Somos lo mismo



Somos de la tierra, 
Somos lo mismo
Cuando comemos
y Soñamos
Cuando reímos y
sufrimos,
Desafiando el tiempo
Paso a paso
Contamos los suspiros.

Somos del amor
Somos lo mismo
Corona de la creación
Que no tiene olvido
Cuando enfermamos
y batallamos,
cuando nos enamoramos
y lloramos
Actuamos parecido.

Somos del perdón
Somos lo mismo
En medio del dolor
y el sacrificio
Cuando la vida nos reta y
Cobra sentido
nuevamente vamos
y nos esforzamos,
Muchos simpatizamos
y nos ayudamos
mientras cantamos unidos.

Entonces sanamos,
Profundo respiramos
y entre latidos
Otra vez oramos,
Nos damos las manos,
Otra vez sentimos
y antes de darnos por vencidos
A Dios imploramos,
Miramos al cielo
Con el último aliento,
y al exhalar el último suspiro
Casi todos,
Sino todos,
Entendemos
Que somos lo mismo.


Meligsa Funes

Tiempos de lluvia



Como la lluvia,
cual pasatiempo
hoy paseo junto al viento.
Cobro fuerza
segundo a segundo,
hago ruido cuando debo.
Aunque a veces desespero
si medito me detengo.
Como la llovizna sutil
a veces llego,
a veces cedo.
No me llames
ni reclames,
cuando pueda
yo aparezco
más temprano que tarde
en tu más preciado sueño.
Y si lloro es normal
no existe nada perfecto,
Sólo Dios,
La fe en ÉL,
el creador del universo.
No más dudas
ni temor,
el dolor es pasajero
y no compite con el amor
si el amor es verdadero.
Pues no se llena de rencor:
el perdón está primero.
Tan placentera como la brisa
que hoy resuena de nuevo,
es reir bajo la lluvia 
Es cantar bajo este cielo.
¡Qué grandiosa es la lluvia!
Llega con tantos recuerdos.
 

Meligsa Funes









Todo se percibe distinto

Foto por Jonathan Torres


En la lejanía todo se percibe distinto.
Los ojos se ven a través de cristales empañados,
 los abrazos se sienten sólo en sueños
  y su cobijo dura el segundo después de despertar.

En la lejanía todo se percibe distinto.
Ahora entiendo lo que es "ser" y no poder "estar", 
amar y no poder entregar, 
querer sentir y no poder tocar; 
pues se quedan cortos mis sentidos con esta distancia sacrificial.

Somos víctimas de esta geografía que nos aleja
 y la decadencia de la sociedad. 
Y me asusta olvidar la calidez de mi tierra,
la gentileza de mi cotidianidad,
los besos inesperados de los que te quieren,
las manos que al mínimo tacto suavizan mi realidad, 
el sonido de las dulces palabras que acarician el corazón sutilmente con real amor; 
parte de mi felicidad.

Ahora estoy lejos, de ustedes ausente.
Ahora, este mi presente.
Distante de muchos...
Tierra querida estoy distante de ti.


Meligsa Funes

Belleza infinita

 

Foto por Jonathan Torres
Foto por Jonathan Torres

Belleza infinita inunda mis ojos cuando te miran. 
Limpia belleza, franca, segura, amable y sencilla.
Tan infinita como las notas dulces de tu voz tranquila,
que inspira al hablar candor apacible y sin medida.
Belleza infinita que desde el cielo en ti nos visita. 
Transparente belleza, espontánea, perenne, tan clara que brilla.
Tan infinita como las estrellas que de lejos titilan,
que ilumina el corazón de un ferviente amor, sincero y sin mancilla.

                                  Meligsa Funes

Como tú

Foto por Chiqui Bencomo


Como tú,la eterna sonrisa
Imborrable,
Como tú, la gracia de tus ojos
Memorable
Plácido como tú, la brisa entre los árboles
Suave como tú, las nubes al compás del aire
Como tú, la luz irradia siempre
Incansable,
Como tú, la tormenta de amor
Imparable
Atento como tú, la lluvia que moja los florales
Alegre como tú, el cielo azul  con  sus aves
Ocurrente como tú, los amigos y sus planes
Preciso como tú...
La vida y sus bondades


Meligsa Funes

Afortunada

Foto por Chiqui Bencomo



En la mañana gris de tierra y viento caliente,
muy dentro de mi el privilegio de la vida salta.
Allá, afuera inquieta el caos,
el desasociego clama;
mas dentro de mi río afortunada.

Con la fría nostalgia convencida de quedarse,
muy dentro de mi me descubro descansada,
desconcertadamente celebro valiente;
por todo y por nada,
me siento afortunada.

¿Y qué de lo que sigue rodeando?
Reveses,
traspies,
cambio de planes,
desesperanza.

La crudeza de la vida afana
pero no se adueña de mi espacio,
aunque actúe implacable
porque soy afortunada.

Y soy afortunada por innumerables
regalos.
Afortunada por ti:
Mi don más preciado.

Afortunada por las manos que me han ayudado.
Afortunada por la vida que me has dado.

Afortunada por ti,
me has rescatado,
afortunada por los que me aman y los
que amo.

Afortunada ,sí,
¡Maravillosamente!
En ti Dios,vivo, soy afortunada.


Meligsa Funes

¡Que llueva!


Que llueva amor en esta tierra sedienta ;
de paz, de alegría y de gente buena.
Que llueva continuo tu risa que vuela
entre vientos tranquilos que alejan tristezas.
Que llueva corrido tu voz que renueva,
y crezca a montón tu amor sin fronteras.
Que llueva tu amor, que llueva, que llueva,
y traiga esperanza y arrastre las penas!

Meligsa Funes

El paraíso de tus ojos complacientes



Mis ojos tienen la mala costumbre de buscar los tuyos hasta encontrarlos.
Allí, en ese lugar,
un innegable paraíso desborda belleza;
donde las miradas se acarician una a la otra con sutileza,
contagiando candor,
se buscan y se aman sin temor.
Ese lugar es el que quiero habitar perennemente,
el lugar donde la calma se exhibe libremente,
allí se olvidan las inconsistencias propias de la vida,
esas,que pensamos, a veces no tienen salida.
El lugar donde siempre preciso estar,donde sólo tengo tiempo de admirar: el paraíso de tus ojos complacientes.


Meligsa Funes

Desde mi ventana


Desde mi ventana el cielo parece estar cerca y cada estrella hace piruetas titilando enamoradas. 
Ellas celebran el amor de su Creador, pues, se tomó el tiempo de colgarlas en ese velo negro y elegante donde se asemejan a puntos brillantes admirables e imposibles de enumerar.
Al tiempo que detallo ese cuadro maravilloso el mismo cielo habla como si dijera:"Tranquila, deja de preocuparte".
Quedo abismada pensando en el dedo que las diseñó tan perfectas y al instante se borran las lágrimas que caen de decepción. 
Afortunadamente me doy cuenta que desde mi ventana también puedo ver a Dios. 


Meligsa Funes

Amo mi vida contigo


Amo como pintas el cielo al amanecer de azul inocente, puro y recito:
¡Amo mi día contigo!
El palpitar de tu grandeza rebosa mi corazón, son tus latidos.
Amo la respiración que lleva aire a mi interior, eres mi oxígeno.

Amo como brindas la brisa que sopla al atardecer tan sonriente, complaciente y recito:
¡Amo mi tarde contigo!
Tu dedo escribe en silencio tu regalo infinito, soy tu testigo.
Amo tu compasión que traspasa lo que soy, eres magnífico.

Amo como enciendes lumbreras al anochecer en el firmamento radiantes, luminosas y recito:
¡Amo mi noche contigo!
Una canción constante brota de labios agradecidos, a ti bendigo.
Amo tu redención que abrió el paso hacia tu amor, eres mi amigo.

¡Amo mi vida contigo! 


Meligsa Funes

Este dicho me atrapó…


“Es mejor encender una  vela que maldecir la oscuridad”

Frecuentemente como si fuésemos un eco elegimos únicamente hablar mal contra lo malo: nos quejamos, criticamos, discriminamos, denunciamos; todo en nombre de “ir en contra” de aquello que sabemos no está bien y creyendo que hasta allí llega nuestra contribución. Dando por sentado que el levantar nuestras voces es el exclusivo aporte que marcará un cambio en la sociedad donde hacemos vida, sin darnos cuenta que para traer un verdadero beneficio más allá de repetir palabras malsanas así sean bien intencionadas requiere acciones sólidas, constantes llenas de genuina bondad.
La mejor oposición a la maldad imperante es haciendo lo correcto, lo de buen nombre, lo que sea digno de admirar.

Y como en los anuncios que encontramos en los periódicos enmarco lo siguiente: “Se necesita hombres y mujeres que hagan lo bueno en medio de una sociedad en decadencia”

Seamos luz en nuestro diario caminar, encendamos esas velas que iluminan las calles, los hogares, las escuelas, las plazas, y en todo lugar  en medio de la oscuridad que ha invadido.

Mateo 5:16

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.

Meligsa Funes

Transitoriedad


Salmos 48:14 “"Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte”.


Cuando alguien conocido muere se repite en mi mente como una película lo inevitable: la muerte es algo que todos enfrentaremos. Son esas escenas en donde no quiero ver y me tapo los ojos pues presiento que algo horrendo ocurrirá a continuación.
Mi reacción no cambiará la trama de la historia, en la vida real tampoco (el no mirar, no sentir, no llorar, no importar, ignorar, tapar el sol con un dedo…), nada será diferente y la muerte llegará estés preparado o no. De manera independiente todo seguirá su curso hacia el desenlace al que no nos acostumbramos. El hecho de que esta vida es transitoria, que somos seres que volverán al polvo y que “todos” ineludiblemente nos encontraremos con ese final.

Aunque no escaparemos a esa suerte obligada, la muerte no tiene que ser asumida como el final lamentable de una vida, asimismo la vida no es únicamente una vanidad ilusoria que algún día acabará, ambas situaciones son producto del milagro de la existencia, un ciclo que por obra del creador nos permitió ser y estar.
Debe ser aprovechada y aceptada como lo que es: un don perecedero en esta tierra, y, reconocer que eso que muchos llaman “más allá” seguirá existiendo en una forma que todavía resulta un enigma.

A la muerte antecede la vida, la vida que algunos viven dando por sentado con sus hechos que nunca desfallecerá, vida que otros reniegan, vida que muchos quisieran vivir y vidas bien vividas que serán arrebatadas repentinamente. Pero vida.

¡Y sí, es tu vida! Junto con ella Dios también te regaló la capacidad de decidir cómo vivirla. El “qué dejarás en tu paso sobre la tierra” está determinado por ti de algún modo.
¿Tus huellas quedarán marcadas como pisadas eternas en pro de los que aún les toca vivir, o pisadas transitorias que alguien olvidará o recordará con desdén?

Dios, el padre Creador de todo enseña que la muerte no debe representar el final de un ciclo más cumplido o un “sin sentido”.
La vida fue dada por Él, es valiosa; aunque transitoria sobre la tierra, efímera, larga o corta, no existe mayor esperanza que la promesa que ÉL nos guiará más allá de la muerte y nos creó para buenas obras que permanezcan y guíe a las generaciones que quedan a estampar huellas que enaltezcan el hecho de que todos nacimos por propósito del Dios de la creación.

Y, el resto de la historia, ese “más allá” será basada en ¿cómo decidimos vivir el aquí y el ahora?
Sería injusto menospreciar y malgastar un don tan hermoso: la vida.


Salmos 103:13-18
Como el padre se compadece de los hijos,

Se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.  Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. 


 Meligsa Funes

Tu sinceridad no es muy sincera


Tu sinceridad no es muy sincera
De medias verdades está llena la tierra
Con buen disimulo actúa su gente
No se ven, ¡qué mal les queda!

Justo ahora algunos te creen
Porque a ellos les va bien la apariencia
Pero la mentira tiene “cortas patas”
Que no llegan a la meta.

Tu sinceridad no es muy sincera
Es una sátira trágica
Cuando se tiene experiencia
La verdad,tarde o temprano se evidencia.

A ti te digo impaciente
Y que pronto te des cuenta
Quizás tú no lo veas, y estés sonriente 
Lamentablemente tropiezas…
Tú sinceridad no es muy sincera.








Meligsa Funes

Me asombra


Me asombra ver dentro de mi, sé que estás ahí
Me asombra ver con estos ojos, has quitado la venda
El silencio del vacío ahora es risa.

Me asombra ser lo que antes no era, sentir lo que jamás hasta ahora
Que el frío en mis días ya no sea
y la necedad de mis pensamientos estén en fuga.

Me asombra amarte así, todo lo llenas.

Me asombra tocar tu esperanza, tu paz también es mía
Me asombra abrazar tu calor,
besar tu mano que me guía.

Me asombra hablar con tus palabras, saber que en ellas está la vida
Que el motivo de mi existencia sea por ti
Y la fe que brota me acerque más.

Me asombra estar como ahora, junto a ti.

Meligsa Funes

Mr. Misterio


No son misterios sino que la prudencia quiso estacionarse en esta casa de barro que algún día desaparecerá.
No son misterios ni enigmas encubiertos sino que muchas veces el silencio es el adorno de la paz.
No son misterios tras una sonrisa amistosa sino que las palabras tienen un tiempo preciso para sonar.
No son misterios sino que nuestros pensamientos no han encontrado un buen lugar para conversar.
No son misterios tras jugadas graciosas sino que faltaba mucho por asimilar.
No son misterios ni yo misteriosa sino que hemos coincidido en desaciertos donde no nos corresponde hablar.
No son misterios ya, ni míos más.
¿Y tú?
Tú eres Mr. Misterio.



Meligsa Funes

Una lección de las Trinitarias



En el poema Recolectando Memorias dediqué una línea a las Trinitarias mi planta favorita que dice:
 “Me detienes tú con tus palabras para endulzarme el alma,
Aligerando mis pasos con tanta calma
Y ver los colores de las trinitarias”.

No es que yo sea tan apegada a las plantas pero sí, como la mayoría de las personas puedo apreciar la belleza natural en ellas.
Pero con las Trinitarias existe algo atrayente de sus flores, sus colores tan variados y pacíficos (son un real aliciente para el sentido de la vista) que me cautiva, y sorprendentemente, siempre que veo una de ellas sin importar el color, me produce una alegría envuelta con sutileza.
Para añadir un poco más a mi apreciación de la Trinitaria aprendí que esta maravillosa planta tiene la capacidad de adaptarse a cualquier clima, tiene la osadía de crecer y florecer en cualquier terreno y es muy resistente a los cambios; estando dispuesta a prestarnos su amable hermosura cuando la vemos durante todo el año.
Este nuevo aprendizaje sobre las Trinitarias me llevó a pensar en las personas, en lo común que los cambios y especialmente cuando no favorecen mucho a nuestras expectativas y comodidades puede hacernos lucir mal, portarnos mal y negarnos a crecer porque que el "clima" del momento no sea el más adecuado o esperado; cambiamos a malas actitudes que más que dañar a otros nos daña a nosotros mismos, es cuando dejamos de florecer y mostrar nuestra verdadera belleza.

Les invito a tomar esta lección de las Trinitarias: en todo tiempo y a pesar de las circunstancias externas que puedan afectar su vitalidad, su naturaleza gana manteniéndose fiel a sí misma, siempre dispuesta a mostrar lo mejor de sí, sus flores, sus colores, su regalo para la vida.
“No dejes que nada ni nadie cambie tu esencia, y ante el terreno más árido que encuentres, ante los inevitables cambios de clima: florece como las Trinitarias”.


Meligsa Funes

Con aroma de café


Con aroma de café se despiertan mis mañanas,
colándose por la ventana y olvidándose de ayer.

El aroma de café es un olor que a tiempo llama
y frecuentemente clama que me aproxime hacia el.

Con aroma de café las tardes dulces se engalanan
Mi paladar no se desgana por lo sabroso que es.

El aroma de café es el olor de la semana
de ese líquido que mana y nos atrae otra vez.

Siempre oportuno y placentero a mi parecer
el aroma del café.



Meligsa Funes

Lucha de actitudes


Equívoca tu expresión al verme
Equívoca mi impresión al interpretarte
Por eso aunque cercanos nunca acertamos.

Correcta tu acción de limitarte
Correcta mi determinación de alejarte
Por eso aunque amigos siempre distantes.

Incierta tu decisión de retenerme
Incierta mi indecisión por estar presente
Por eso aunque inseguros jamás condescendientes.



Meligsa Funes

Despedida anticipada


Fueron buenos tiempos al escucharte
Sorprendiéndome con las sonrisas que quisiste darme
Mirándote a los ojos sin mirarte.
Mientras, conversábamos amenamente hasta tarde
Fue un espacio que para mi recreaste
Aunque estábamos distantes, no tanto.
Iniciaste la locura de la espera interminable
Y al final llegaste.
Temo decir anticipadamente mi despedida te alcance
¡Si hubieses venido antes!

Meligsa Funes

Luz eterna



Luz eterna que alumbra en la oscuridad
Luz que brilla donde nunca sale el sol
Ayúdame a brillar con tu majestad
Quiero embriagarme con tu resplandor.

Bendeciré cada reflejo de tu mirar
Cantaré para ti, te tocaré instrumentos
Percibiré tus destellos cuando te vea pasar
Me llenaré de tu amor a cada momento.

Sentiré confianza al estar junto a ti
Tu paz inundará todo mi ser
Júbilo no cesa dentro de mi
Porque a mi alma has hecho renacer.

Meligsa Funes