Sigo compartiendo reflexiones escrita por amigos. Espero que se conmuevan con esta hermosa mirada.
Lucas 22:61-62 “Y volviéndose el Señor, miró a Pedro, y
Pedro se acordó de la palabra del Señor, tal como le había dicho: Antes que el
gallo cante hoy, me negarás tres veces.
Y saliendo afuera, lloró amargamente”.
Y saliendo afuera, lloró amargamente”.
Hay miradas que como dijo alguien sientes que se llevan toda la atención del corazón, y hay otras que sólo dejan que pensar.
Miradas que ven más allá de las
pupilas, miradas intimidantes, miradas que sonrojan, miradas que señalan,
miradas que entienden, miradas incompresibles,
miradas que razonan, miradas que emocionan, miradas que adornan, miradas que
gritan, miradas que ocultan, miradas sinceras, miradas desleales, miradas que
edifican y aquellas que no…y muchas más.
Pero esta mirada (la de Jesucristo) sobrepasa cualquiera de las
anteriores. Es una mirada que ni siquiera puedo expresar elocuentemente, y quizás
como Pedro, no la entendamos totalmente y la tomemos sólo como reproche.
Sin
embargo,su mirada fue el cumplimiento de su acción posterior: la crucifixión y
resurrección.
Así aquellos que veamos sus ojos quedemos impregnados de perdón y
de amor y seamos salvados.
Por Jonathan Torres
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