Él nos amó primero…


Dar amor sin condiciones. Un privilegio con escasos seguidores y que raramente se logra alcanzar.

Algo curioso es que cuando se da sin esperar reiteraciones el camino a la decepción se hace tan largo que será difícil llegar hasta allí.

Jesucristo dejó un asombroso indicativo acerca del amor: se dio a sí mismo por todos, todavía advirtiendo que no todos estarían dispuestos a valorar su entrega.

Esa clase de amor es el que se describe en 1Corintios 13:4-7:

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor ágape (ágape: término griego que indica el amor incondicional y los cristianos usan para referirse amor de Dios) es tan puro que su esencia no deja cabida a sus opositores: odio, amargura, celos, envidia, jactancia, ego, espíritu posesivo, deseo de reconocimiento. 
No podemos negar que Dios es amor, Él nos amó primero y sin condiciones entregó un valioso sacrificio para pagar una deuda que era nuestra.

Sorprendentemente muchos se pierden de abrazar su amor tierno y sincero, su amor que no demandó el nuestro antes como condición de entrega,su amor que perdona y nunca nos falla. Él asombrosamente nos amó.

Asimismo es por nuestra elección que debemos ir a Él y conocer lo dulce y sublime de su amor. Y no cualquier amor, sino el amor de Dios.

Hace poco se dibujó en mi mente una historia de amor al leer Salmos 116:1-2:

“Yo amo a Dios porque Él escucha mi voz suplicante. Por cuanto Él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.  
Saltó a la vista después de la lectura algo fascinante: la correspondencia del amor de Dios. Fue como un dulce sabor jamás comparable con el manjar más delicioso alguna vez probado, dejando un gusto inigualable, único en texturas, aroma deleitoso, costoso y deseado; su amor. Así fue la sensación que vino al apreciar esa voz de confianza en aquel que no ignora en tu intento de llamar su atención. La atención del amor de Dios que todos hablan pero que muchos se niegan a palpar.

El versículo 2 expresa que Dios ha inclinado su oído a la voz de quien le está buscando. Él le escucha, está alerta porque a quien le pertenece esa voz suplicante Él le ama.

¿Estás intentando captar el interés de alguna persona? 
Ya sea alguien que te gusta o amas, tus padres, un círculo social, un jefe o una organización no siempre obtendrás la respuesta que esperas. Mas de Dios sí. Él corresponde a tu amor, sale a tu encuentro y actúa a tu favor.

Lo más hermoso de esta historia es que no habla de un amor unilateral, sino de un amor en el que las dos partes se entregan y donde Él como un galante caballero se acercó primero a su amor.

Una interrogante para todos nosotros:

·         ¿Estoy correspondiendo a su amor sin condiciones?

                                                                                                                                           Meligsa Funes

4 comentarios:

  1. Wow! maravilloso el amor de Dios!

    Excelente reflexión! me gusta la frase ¨Él como un galante caballero se acercó primero a su amor¨ Me parece tan romántico y realmente es lo que hace un verdadero caballero. El primero en dar el paso.

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  2. Es el ideal del amor.Dios es amor

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  3. Qué bueno leer sus comentarios. Gracias por pasar por aquí y dejar su huella.

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  4. Qué bueno leer sus comentarios. Gracias por pasar por aquí y dejar su huella.

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